Reflexión de Max Lucado: Dios quiere que seamos como Jesús.

Nosotros somos barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros. (Isaías 64.8)

Dios quiere que seamos como Jesús. ¿No es esto una buena noticia? No estás condenado a seguir con la personalidad que tienes hoy, ni a ser un “cascarrabias” para siempre. Puedes cambiar. Aún si todos los días estás preocupado, no tienes que estarlo por el resto de tu vida. ¿Y qué si naciste lleno de prejuicios? No tienes que morir así.

¿De dónde vino la idea de que no podemos cambiar? ¿De dónde vienen las frases como: “es mi naturaleza estar preocupado”, o “Siempre seré pesimista. Así es como soy”? ¿Haremos afirmaciones semejantes sobre nuestros cuerpos? “Es por naturaleza que tengo una pierna fracturada. No puedo remediarlo”. Claro que no. Si nuestro organismo no funciona bien, buscamos remedio. ¿No haremos lo mismo con nuestro corazón?¿No buscaremos ayuda para nuestras actitudes amargas?¿No podremos solicitar tratamiento para nuestros rasgos egoístas? Claro que podemos. 

Jesús puede cambiar nuestro corazón. Él quiere que tengamos un corazón como el suyo.

No hay comentarios:

Con la tecnología de Blogger.